domingo, 11 de septiembre de 2011
El siglo XXI no llegó a los bancos de sangre
Hace tiempo que no escribía en el blog porque he estado pasando por momentos trascendentales en mi vida de los cuales podré hablar luego, cuando un tema más general pueda traerlos a colación de una manera que se asemeje menos a la conversión de este blog en un diario personal.
En esta ocasión me trae acá un tema universal con el que me topé en una noticia mientras trabajaba en mi pasantía: el rechazo a las donaciones de sangre de hombres gay.
Esta práctica generalizada se debe al temor de que la sangre pueda estar contaminada con HIV o Sida.
Al respecto, tengo algunas consideraciones, más a modo de duda que de afirmación, para ver si quizás alguien pueda aclararlas.
¿Es el Sida una enfermedad exclusiva de hombres gay?
En los años 90, las fundaciones, ONG, medios de comunicación e instituciones de salud del Estado en todo el mundo gastaron una fortuna tratando de explicarle a la gente que esto no era así. Que los gays no eran los únicos que podían contraer Sida y que, por eso, las personas heterosexuales también debían protegerse.
Las extensas campañas de uso del preservativo para prevenir el Sida y otras ETS surgieron precisamente por el aumento en el contagio de la enfermedad, en parte por la creencia de que el Sida era exclusivo de los gays.
¿No pueden los hombres gay cuidarse?
Estas campañas de las que hablaba, sobre el uso de condones para prevenir el Sida también aplican a hombres homosexuales, quienes pueden cuidarse perfectamente de esta manera.
Alguien me diría que la efectividad de este método no es de 100%, y yo le pregunto, ¿ese porcentaje es sólo para hombres gay o para toda la población sexualmente activa que usa preservativos?.
Siendo así, tampoco los heterosexuales que se cuidan del Sida con condones están 100% seguros. Pero su sangre sigue siendo aceptable.
¿Un hombre gay es un enfermo o una persona con conducta potencialmente peligrosa?
De acuerdo con la nota de CBC, traducida en Noticias Montreal, tienen prohibido donar sangre "usuarios de drogas intravenosas, personas con posible exposición a la enfermedad de Creutzfeld-Jakob, personas que hayan intercambiado dinero por sexo o drogas y hombres que hayan tenido relaciones sexuales con otros hombres están permanentemente descartados de la lista de donantes de sangre".
Es decir, por un lado estamos comparando a los hombres gay con usuarios de drogas y personas con comportamientos potencialmente peligrosos, estableciendo que un hombre gay, ¿está dañando su organismo con su sexualidad?.
Y por otro lado, los colocamos en el grupo de "personas expuestas a enfermedades", presuponiendo que los gay están expuestos a enfermedades o, de plano, están enfermos.
Pero, si una persona heterosexual ha tenido relaciones sexuales sin cuidarse con toda su cuadra, siempre que no haya sido por un intercambio monetario, no tiene ningún tipo de prohibición.
Entonces -nos dice la nota de CBC- hay una esperanza, una luz al final del túnel para los que pudieran sentirse discriminados.
Si eres un hombre gay, vives en el Reino Unido y no has tenido sexo en un año, puedes donar sangre.
¿Alguien consideraría normal si entre los requisitos para que una persona heterosexual -que perfectamente puede contraer Sida-, done sangre, estuviese el no haber tenido sexo en un año?
Entonces -argumentan algunos- sale a relucir el lapso en el que la enfermedad comienza a detectarse en los exámenes de sangre.
Al igual que en los otros casos, cabría suponer que ese tiempo también está vigente para cualquier otro paciente.
Por ello, cuando algunos tildan como "razonable" que la restricción permanente sea cambiada por la de uno o cinco años, me sigue pareciendo absurdo.
Quien pueda ayudar a responderme estas preguntas que me hago en pleno siglo XXI, es bienvenido.
Publicado por
Angie Rodriguez Instagram Links
a las
5:20 p.m.
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