lunes, 14 de junio de 2010

La ficción de inclusión y el discurso del resentimiento chavista

Si de algo se alimentan quienes aún creen en el modelo de país que se propone actualmente es del discurso de la inclusión. Lo más lamentable es que muchos parecieran también nutrirse de una retórica de "castigar" a la "oligarquía", lo cual sólo crea resentimiento, egoísmo y mezquindad.

Más allá del daño moral que sufren quienes quieren ver perjudicados a aquellos que tienen lo que a ellos les falta, también deberán padecer, en algún momento de sus vidas, el descubrimiento de una vil mentira.

Cuando se estableció el control de cambio, se le dijo al "pueblo" que la medida era para que los "oligarcas" no especularan con los dólares y no se los llevaran del país. Ese fue el discurso, "vamos a perjudicar a la oligarquía".


Sin embargo, la oligarquía siempre tiene sus recobecos para librarse de esas "perjudiciales" medidas. Durante el control de cambios, muchos compraron los cupos de los menos favorecidos, o compraron acciones que luego vendieron en el exterior para obtener capital. En última instancia, compraban dólares en el mercado negro pues tenían dinero para hacerlo.

Pero el ciudadano común no tenía manera. Muchos no tienen suficiente capital para adquirir acciones en la bolsa, ni para comprar el dólar a precios del mercado negro, o para comprar cupos de otros y viajar a cambiarlos. Incluso, gran parte de la población no tiene acceso a una tarjeta de crédito para poder solicitar dólares de Cadivi. El marcador: Oligarquía 1, ciudadano 0.


Luego vino el racionamiento eléctrico y de agua. "Vamos a perjudicar a los grandes consumidores, a los oligarcas derrochadores", ese fue el discurso. Los oligarcas siempre pudieron pagar por plantas eléctricas y tanques de agua complementarios para poder garantizar el suministro regular de ambos servicios. Mientras, el ciudadano común tenía que aguantarse los racionamientos, porque no puede acceder a estos lujos. El marcador: Oligarquía 2, ciudadano 0.

Con las expropiaciones e incautaciones "vamos a perjudicar a los grandes terratenientes, a los acaparadores, a los especuladores". Como resultado de aplicar esa política, la distribución de alimentos comenzó a fallar. La oligarquía siempre tendrá dinero para comprar alimentos a los precios que vengan, o para traer lo que deseen del exterior. El ciudadano común tendrá que desangrarse pagando alimentos costosos porque no se consiguen, o comprando aquellos de baja calidad. Oligarquía 3, ciudadano 0.

Con el cierre de RCTV, descaradamente hubo un "ajuste de cuentas" con la familia Granier. Sin embargo, ninguno de ellos cayó en la miseria, pues siempre tendrán capital en el exterior y otras empresas para sobrevivir. En cambio, 3 mil trabajadores directos y miles de indirectos quedaron en la calle, así quiera disfrazarse este hecho. Quienes nos encontramos en el gremio podemos ver claramente cómo no hay puestos de trabajo y, por el contrario, cientos de profesionales reparten currículos sin resultado.

Igualmente, millones de venezolanos se quedaron sin un canal que preferían por un canal pésimo que nadie ve (y ambas cosas se comprueban con el rating). Oligarquía 4, ciudadano 0.

Si expropiaran Empresas Polar, la familia Mendoza, a quien se le pretende cobrar venganza, caerá de pie. Los propietarios de estas empresas tienen, igualmente, inversiones en el exterior. Aunque representaría una pérdida, no van a terminar mendigando el día de mañana, sino operando desde Colombia. El venezolano común experimentará un amplio desabastecimiento, pues las cifras comprueban que los productos Polar son un pilar de la distribución.
El ciudadano terminará comprando alimentos importados de Brasil o Argentina, y ninguno de Venezuela, tal como es ahora en varios rubros casi desaparecidos del mercado. En algún momento, incluso terminará consumiendo alimentos Polar importados de Colombia, donde los Mendoza siguen con su vida a pesar del gobierno venezolano. Oligarquía 5, ciudadano 0.

El discurso de resentimiento que incentiva el gobierno sólo perjudica a los ciudadanos, quienes ávidos de "justicia" no perciben ni siquiera "venganza", sino que terminan perjudicados ellos mismos mientras la "oligarquía" siempre cae de pie.

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