¿Hasta cuándo?
La economía personal del venezolano es un verdadero desastre: aunque tenemos el sueldo mínimo más alto de Latinoamérica (sí, venezolanos, es en serio), también tenemos la inflación más alta. ¿Qué quiere decir esto? Que el sueldo mínimo está en unos 800 bolívares, el alquiler de un apartamento en mínimo 1500 o 2000 en una zona ni tan buena, un buen mercado en 1500 y pare de contar.
Por ello, si eres estudiante y aspiras pagar tu matrícula, transporte, material de estudios y demás gastos relacionados, debes tener una familia con mucho dinero o un trabajo remunerado. Aún así, puede que no lo logres si no matas más tigres que en un safari.
Muchas pasantías en Venezuela (como en muchos países) no son remuneradas. El asunto es que en estos "muchos países", la inflación es menor, hay más acceso a becas y las pasantías tienen un límite de tiempo.
Ese detalle que pareciera intrascendente es uno de los más cruciales. Una pasantía, en teoría, no debería durar más de seis meses. Si un empleador supiera lo difícil que es autosustentarse seis meses trabajando por el puro beneficio de estar en la empresa, a lo mejor lo pensaría (nah, ¿a quién engaño?)
En fin, se supone que, al cabo de este tiempo, o te vas con tu experiencia bajo el brazo, o pasas a ser empleado de la empresa. La realidad venezolana es que puedes pasar dos años de tu vida siendo pasante sin remuneración, sin siquiera tener una proyección de cuándo demonios te van a respetar la cara.
Conocí muchos casos de compañer@s de clase que trabajaron durante uno, dos y hasta tres años sin recibir un bolívar, con la sola promesa de un futuro profesional mejor. En realidad, al final no pasó ni lo uno ni lo otro.
¿Y dónde sucede esto con mayor frecuencia? En las carreras "de moda", esas que, por alguna razón estúpida, todos quieren estudiar. Ahora, quienes las estudiamos por verdadera convicción nos jodimos también.
¿Y qué pasa con los que pagan?
Afortunadamente, mi pasantía fue remunerada. Por supuesto, me pagaban mitad de mínimo de la época porque trabajaba medio tiempo. El riesgo en estos casos es que te conviertes en todo un profesional: no sólo por la calidad de tu trabajo sino por la cantidad de responsabilidades que te caerán encima en tiempo récord. La realidad: trabajas como profesional, pero no ganas como profesional.
El hecho es que, tras nueve meses de pasantía, ya realizaba el 90% del trabajo de un editor, sin ser uno ni ganar remotamente lo que uno gana. La promesa: ser editora al graduarme. ¿Cuánto faltaba para graduarme? 2 años. Mi respuesta: ¡no me jodas!
¿Y la gran experiencia? ¿Dónde está?
Lo peor de las pasantías es que, si no caes en el lugar correcto, puede que ni la experiencia te quede. Las carreras de moda no sólo tienen el defecto de tener una sobreoferta de empleados, sino de tener una sobreoferta de personas y empresas que creen estar en capacidad de desarrollarlas.
En el caso de Venezuela, los medios están de moda desde hace años, por alguna extraña razón. El auge de periódicos, revistas, emisoras y afines es tan grande que a cada medio le cuesta un mundo diferenciarse y posicionarse. Además, por otra desconocida razón, cualquier pelagatos cree que puede tener un medio. ¿La desventaja? Caer de pasante en un lugar así.
Conozco varios casos de profesionales que han caído en posiciones laborales aparentemente prometedoras en empresas mal gerenciadas por profesionales que nada tienen que ver con los medios. Admitámoslo, yo también he pasado por eso. Lo malo es que, si eres pasante de un sitio así, ni siquiera te llevarás bajo el brazo el aprendizaje, porque sólo habrás visto lo que no se debe hacer.
Conclusión: aquí te dejo algunas cosas que te pueden ayudar con tu pasantía
Blogalaxia: pasantías, trabajo, profesionales, estudiantes, medios, venezuela
Bitacoras.com: pasantías, trabajo, profesionales, estudiantes, medios, venezuela
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