Hoy me estaba acordando del pana del blog La cagada (¿son ideas mías o los blogs de cagadas están de moda?), quien escribió un artículo sobre los niveles de idiotismo que alcanza la gente con su celular.
Yo soy adicta a este aparato porque soy workaholic, pero gracias al cielo no he caído en las categorías que el pana nombra. El caso es que hoy recordé una que el ni remotamente nombra, a lo mejor porque donde quiera que se encuentre no está tan de moda como aquí.
Me refiero a los idiotas recién vestidos que ponen a todo volumen el reproductor de música del celular mientras viajan en el metro o cualquier otro tipo de transporte público.
Estos seres de amplia escasez mental necesitan una especie de refuerzo de su statu quo mostrando a otros de su misma especie sus bienes materiales. Ya antes hemos sido testigos de un ritual similar realizado con el reproductor del auto o con el de la casa. Su lógica les dice: mientras más volumen, mejor. Y si su materia gris es más escasa o su mal gusto la supera dirá: mientras más bajos, mejor.
Volviendo al caso que nos ocupa, el reproductor de celular a todo volumen en el transporte público representa, desde el punto de vista de un ser humano racional, una invasión del espacio de los demás. Suficiente con que no puedas tener 5 centímetros de radio espacial a tu alrededor mientras viajas en el metro, que te tengas que calar los malos olores de todo el mundo, que encima te metan mano. Aparte de esto, te tienes que calar la música del otro.
Lo que me pregunto es ¿quién te dijo a ti que yo quería escuchar los grandes éxitos de Wisin y Yandel?, ¿no se te ocurrió que prefiero estar sola con mi silencio?, ¿acaso tu teléfono no vino con audífonos para que te cales tu mierda tú solo?
Sí, ya me alteré...
Les recuerdo que el sentido común es el menos común de todos los sentidos
Ahora liberen este estrés leyendo el post anterior: Sexo con gusto II.
Bitácoras.com: ciudad, sociedad, tecnología, celular, educación,
4 comentarios:
Si pensé hablar de eso. Estoy en Londres, y aqui es un problema grave. No pasa tanto en el metro, pero si en los autobuses, y siempre son carajitos de 13-17 años. He visto a personas mayores pedirles educadamente a los chamos que bajen el volumen, y los carajitos les gritan e insultan. Nadie puede hacer nada, ni siquiera el chofer del autobus, porque no hay ninguna ley en contra de eso. La musica que oyen siempre es algun rap cochino.
Es decir se ha miniaturizado o es el micro de la zona de Carpas en Cata en semana santa o carnaval, donde cada una tiene un repro mas potente que el de al lado y cada uno con un reggaetón o salsa cabilla distinta.
(me quedé loco la vez que fui hace mil años, y vi como pasaban el día en ese maremagnum sónico.
O recuerda a la ya extinta red de buhoneros en Sabana Grande, donde cada vendedor de cd's piratas tenía un escándalo distinto, y así pasaban toodo el día.
Tu ya lo defines "idiotas de amplia escasez mental" y al parecer están en todo el mundo, lamentablemente hay que convivir con ellos.... otros ven la Hojilla.
Bueno, por lo menos en Londres es un asunto de carajitos. Acá son tipos grandotes que allá equivaldrían a los que reclaman.
Y si me hacen esa vaina en una carpa, cuando voy a la playa a buscar privacidad, creo que saldrá a flote mi instinto asesino y buscaré un lanzallamas... jejejeje
Verdaderamente la situación es funesta... =(
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