viernes, 7 de diciembre de 2007

Más allá de la reforma I: la existencia del otro

"hay que fomentar el debate"
"hay que entendernos"
"hay que dialogar"

Estas son cosas que, aparentemente, nadie necesita que se las digan. Pero bastante que se reiteran a diario.

Para poder lograr que todos estos "hay que" se transformen en acciones, hay ciertos pasos a seguir que suelen darse por sentados. Esta explicación puede sonar más sarcástica que Cortázar enseñándonos a subir una escalera, pero, si algo nos queda de este maravilloso texto, es entender que lo más obvio siempre se nos escapa.

La oposición debe entender que el chavismo existe. Y no sólo existe, sino tiene sus propias ideas y convicciones.

Es decir, por muy obvio que a la oposición puedan parecerle afirmaciones como: el gobierno no funciona, el presidente quiere perpetuarse en el poder, los gobernantes son violentos, etc., para el revolucionario más apasionado, es todo lo contrario.

Realmente existen personas que aman al presidente como si fuese su padre, su hijo o su mesías. Realmente existe quien le ve el queso a la tostada. Ya sea por lo tangible: le arreglaron su casa, le dieron el crédito, lo atendieron en barrio adentro; o por lo intangible: finalmente se siente tomado en cuenta.

Hay que enfatizar el verbo: SIENTE. Lamentablemente la política se ha desfigurado tanto que se trata más de sentir que de hacer. La intención de voto no la modifica un buen programa de gobierno, mas sí un discurso sentido. Ergo, el motor del chavismo más apasionado es la sensación de inclusión o de acción, más que la acción misma.

Volviendo al punto inicial, para que exista cualquier posibilidad de diálogo entre el sector estudiantil (que defiende la existencia de una alternativa distinta al gobierno que pueda beneficiar a todo el país) y los revolucionarios (que piensan que "el nombre de esta revolución es "Hugo Chávez" y todo lo que él implica), debemos partir de reconocer integralmente la existencia del otro.

La existencia de ese otro está liada a sus convicciones.

Partiendo de ese hecho, cualquier diálogo es posible. No pienses en los argumentos que te convenzan, porque tú ya estás previamente convencido. Intenta por un segundo pensar Y SENTIR como el contrario a tu corriente de pensamiento.

El video a continuación se ha difundido como:

1. el sentir del pueblo (de parte del sector revolucionario)
2. los revolucionarios echándose leña a sí mismos (de parte de la oposición)

Veámoslo ahora como un reflejo de la convicción de este sector apasionado que queremos entender.

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