En la agenda cultural de esta semana incluí la obra Goya de Teatro Forte. Particularmente creo en esta compañía teatral porque trabajé con ellos y sé que hacen puestas en escena de calidad. Lamentablemente, nunca llegué a ver Goya, gracias a la censura.
En un comunicado que pude leer gracias al director, Vladimir Vera, supe que la temporada en la Sala Cabrujas se suspendió porque a Cultura Chacao le parecieron "fuertes" unas fotos aportadas por la Organización Nelson Garrido, que formaban parte integral de la escena.
A todas estas, Cultura Chacao manifestó esto el día después del estreno de la obra y, los autores, ante la censura que implicaba desmontar las fotos, prefirieron cancelar y mudarse a otra escena. En este caso, la propia ONG.
Admito que las obras de Teatro Forte son, como lo indica su nombre, bastante fuertes. Sin embargo, considero que es el usuario final el que debe tener derecho a elegir.
Recuerdo aún la presentación de Crónicas Palahniuk. Previo a los monólogos se proyectaba un video que para algunos podría ser arte y para otros podría ser inducción al vómito. Sin embargo, la sala no lo censuró.
Al iniciarse, muchos de los que estaban ya sentados en la sala desde hacía varios minutos decidieron salirse. Pero muchos se quedaron. Fueron ellos, y no alguien más, quienes decidieron si querían quedarse para lo que seguía.
El resorte está en todos
Aún así, cuando se promulgó la Ley Resorte, muchos criticaron al Gobierno exactamente por lo mismo. Si bien hacía falta una regulación a los medios, que habían perdido por completo su autocontrol, esto era demasiado.
Y acá tenemos una "Ley Resorte" jamás promulgada del teatro.
En Venezuela prácticamente no existen opciones de teatro para adultos (a menos que sea teatro erótico, por supuesto), porque simplemente ninguna sala se atreve a presentarlas.
Siempre, y no solo en el teatro, viene alguien a subestimarnos. Alguno con el suficiente poder de veto dirá "esto es mucho para ti", "esto es muy fuerte para ti", "esto es muy complicado para ti", y te subestimará.
Y no se trata de Cultura Chacao, se trata de un comportamiento fuertemente arraigado en nuestros proveedores de entretenimiento.
Y sigo preguntándome, ¿son las salas las que deben decidir qué debe ver el usuario, o es el usuario el que tiene esa potestad?.
2 comentarios:
Completamente de acuerdo contigo, pero con la salvedad de que no hay diferencia entre TV y teatro, en ambos casos es el usuario quien debe decidir. Saludos.
Cierto, no hago salvedad entre ninguna de las dos. La idea es comparar que, cuando salió la Ley Resorte, la crítica fue muy abierta. Sin embargo, en el teatro pasa lo mismo y pasa muy "por debajo de la mesa".
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