viernes, 10 de julio de 2009

Zelaya y el relativismo moral

Cierto, no apruebo los golpes de Estado. Son la peor forma de resolver conflictos en un mundo democrático. Lo que no logro entender es como es eso de los golpes buenos y los golpes malos. Ahí entramos en el relativismo moral.

Después del circo de abril de 2002, Chávez se ha empeñado en reflejarse en los demás, llamando neuróticamente golpista a todo el que le diga que ese peinado le queda mal o que esa camisa lo hace ver gordo. Ni hablar del que critique su gobierno. El caso es que, quien estuvo preso por un golpe de Estado fue él.

Entonces, él dice que eso en realidad fue una reivindicación popular. Me pregunto yo, en un país donde los poderes fueron lo suficientemente autónomos como para que Carlos Andrés Pérez fuese posteriormente procesado por la ley, ¿para qué era necesario matar miles de personas en un golpe sangriento que en realidad no sirvió para nada sino para hacer famoso a Chávez? Ups, se me chispoteó. Ya soy oficialmente golpista.

Entonces, ¿ese golpe es bueno, pero el de abril es malo? Si bien Carmona no fue más que un chiste barato, el llamado golpe de abril también contaba con apoyo popular, porque en ese entonces había una porción de la población identificada con lo que llaman oposición, la cual estaba inconforme por la reducción paulatina de sus espacios de participación y denuncia.

Entonces, se cae en el juego de desprestigiar a un sector de la población y ensalzar a otro, convirtiendo a los primeros en venezolanos de segunda que no tienen derechos.

Zelaya y las ¿instituciones?

En el caso de Manuel Zelaya, éste quería realizar una consulta electoral. En primer lugar, me resulta curioso como todos los presidentes "chavistas" de este continente lo primero que hacen cuando se sientan en la silla es llamar a un referendo para modificar la Constitución y quedarse en su mueble adorado toda la vida. Pero eso a nadie le parece sospechoso.

En este caso, los tribunales de Honduras rechazaron legalmente la celebración de esa elección, y la fuerza militar se negó a desplegar la logística. Entonces, Zelaya se pasa por donde ya sabemos a las instituciones autónomas de su país y se trae los insumos electorales de Venezuela (Por si fuera poco la chorrera de elecciones que hemos pagado con nuestros impuestos y nuestro petróleo, ahora pagamos las de los demás) Entonces, ¿qué papel juegan las instituciones?, ¿están puestas de adorno?

¿Elecciones buenas o malas?

El alegato de Zelaya es que el solamente intentaba hacer una consulta no vinculante. Ahora, ¿para qué era esa consulta? Para colocar en las próximas elecciones una urna adicional donde pudiera realizar una elección que sí era vinculante, para modificar la constitución y poder reelegirse.

Pues, según estos artículos de la constitución Hondureña, no sólo el presidente no puede reelegirse, sino que es un delito modificar los artículos de la Carta Magna relativos a la prohibición de la reelección presidencial:

ARTÍCULO 4.- (...) La alternabilidad en el ejercicio de la Presidencia de la República es obligatoria. La infracción de esta norma constituye delito de traición a la Patria.

ARTÍCULO 239.- El ciudadano que haya desempeñado la titularidad del Poder Ejecutivo no podrá ser Presidente o Vicepresidente de la República.
El que quebrante esta disposición o proponga su reforma, así como aquellos que lo apoyen directa o indirectamente, cesarán de inmediato en el desempeño de sus respectivos cargos y quedarán inhabilitados por diez (10) años para el ejercicio de toda función pública.

ARTICULO 374.- No podrán reformarse, en ningún caso, el artículo anterior, el presente artículo, los artículos constitucionales que se refieren a la forma de gobierno, al territorio nacional, al período presidencial, a la prohibición para ser nuevamente Presidente de la República el ciudadano que lo haya desempeñado bajo cualquier título y el referente a quienes no pueden ser Presidentes de la República por el período subsiguiente.

Entonces, lo más reprochable de este asunto es que la opinión internacional esté deslumbrada por el golpe de estado, mas no por las acciones previas de Zelaya. El apoyo incondicional que se le está brindando debería estar condicionado.

Sería algo así como: "Zelaya, puedes volver a tu cargo legítimamente constituido, pero no sigas tratando de incumplir tu constitución, o no te apoyaremos más"

Desde todo punto de vista, se está intentando usar un recurso legal y democrático (las elecciones) para hacer algo que la constitución prohíbe expresamente (la reelección presidencial) Sin embargo, al resto de los países parece no importarles el fondo, sino la forma.

Relativismo social, sí; relativismo moral, jamás.

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1 comentario:

Pablo J dijo...

Desde que se presentó todo este rollo con el "asunto Honduras" vengo pensando más o menos lo mismo que pones en tu post. Desde la calificación de golpistas por parte de chávez para todo el que no esté de acuerdo con su forma de imponer, hasta todo ese apoyo a Zelaya por parte de la opinión pública internacional.

Obviamente ningún país democrático puede apoyar un golpe de estado, pero sí que deberían tomar en cuenta las razones por las cuales se produjo. Aquí chávez hace y deshace y no hay quien le ponga un parao, nadie dice nada, pero en Honduras hacen algo y toman medidas para impedir que suceda lo mismo y entonces son unos desgraciados.

El punto es que mientras los petrodólares sigan por allí, muchos se callan la boca, aunque les hayan disminuido la mesada a varios.

Pero como siempre digo, en un país donde chávez es presidente, todo (lo malo) es posible. Y en un mundo donde, a pesar de que han criticado a Cuba durante todos estos 50 años, nadie dice nada al ver que sucede lo mismo en otro país, pues todo tiene cabida. Nuevamente, todo lo malo, para nuestro infortunio.

Que tengas un buen día ;)

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