sábado, 27 de diciembre de 2008

La odisea de las tallas: "mido 1.80 y vivo en Caracas"

Esto pareciera más bien un caso "patético, aterrador" de Ocurrió así, Primer Impacto o Al rojo vivo. Si vives en Caracas, debes optar por medir entre 1.55 y 1.68 como mucho, calzar entre 36 y 38 y preferiblemente hacer que tu cuerpo se asemeje al de un palo de escoba. Si eres lo suficientemente pequeña y delgada para flotar, mejor.

¿A qué se debe esto? Pues, a las tallas.

Desde unos días antes de mi cumpleaños, el pasado 13, me decidí a comprarme unos zapatos deportivos pues los míos están en un estado que no da ni para que los siga usando. Desde ese entonces comencé mi peregrinar por las más diversas tiendas para encontrarme con una sorpresa: no hay zapatos de mi talla.

Calzo 39. Conozco chicas más bajas que yo que calzan uno y dos números más, a veces me provoca llamarlas para ver donde compran zapatos pero recuerdo que, como son más bajas, utilizan tacones casi todo el tiempo.

Y el fenómeno de las tallas no se queda sólo en los zapatos. Los pantalones parecen haber sido diseñados para las calles venezolanas que, con sus alcantarillas tapadas, viven de inundación en inundación. Conseguir un pantalón de mi largo pareciera misión imposible, pero debe medirse con la hazaña de conseguir unos pantalones aptos para mis caderas canarias. Conclusión: los pantalones están diseñados para mujeres pequeñas y muy delgadas. Las demás que vean como se visten.


Cuando te trasladas al campo de las blusas, pasa más o menos lo mismo. Yo pensé que con la moda de las siliconas, al fin iba a encontrar camisas a las que no se les reventara el botón o blusas que no me asfixiaran, pero no. Las camisas siguen apenas cerrándome, con una amenaza peligrosa de reventar en cualquier momento, justo en la zona más comprometedora de todas... y las mangas, ¡cortas!, por supuesto.

Hace un tiempo, opté por hacerme algunas prendas a la medida, pero sinceramente es un fastidio. No hay nada como comprar algo ya hecho, listo para usar, aunque es poco lo que se le puede personalizar. Igualmente, no podría aplicar la misma medida con los zapatos, así que tendría que salir descalza en Caracas y morir de alguna enfermedad o infección a los pocos días.


Por último, pienso en lo peor de todo el caso. Aunque debo admitir que la mayoría de las mujeres son de baja estatura, éstas no suelen ser extremadamente delgadas. Entonces, ¿cuánto puede vender realmente una tienda con estas condiciones?

Respóndanme esa pregunta y esta otra: ¿dónde demonios puedo comprarme ropa?

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1 comentario:

Anónimo dijo...

Ya somos dos que no encontramos ropa para nosotros. Tú sufres porque eres alto, yo porque soy bajita... pero gordita... Y en mi país no puedo conseguir nada para mi talla. Cuando entran mis caderas en algún pantalón, debo recortar al menos unos 20 cm. de largo... y queda entonces como una bolsa... horrible... pero no me queda más remedio. Yo creo que eso es culpa de la famosa "globalización" que nos importan ropa de acuerdo a las tallas gringas, o de acuerdo a los modelitos de las metrópolis... Eso ha relegado a la industria nacional qae debe, entonces, optar por los moldes gringos... Ojalá se animen a mirar a su alrededor...

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