¿Mal de familia?

Yo me tomo muy en serio el asunto del reciclaje y el ahorro de recursos. Creo que el único recurso que realmente me cuesta ahorrar es el agua: bebo mucha y me encanta tardarme en la ducha.

En casa tengo un par de carpetas para hojas de papel. Una se llama reciclaje I y contiene hojas utilizadas por una cara, cuya segunda cara puede utilizarse para borradores, notas y otros escritos. La otra se llama reciclaje II, contiene hojas utilizadas por ambas caras. Reúno suficientes para llevarlas a los depósitos de papel para reciclar que conozco (hasta ahora sólo conozco los de la UCAB) Espero un día conseguirme una licuadora vieja y ponerme a hacer papel artesanal a ver como me va. Cuando lo haga, les cuento.

Tambien quiero comenzar a reciclar vidrio, pero en realidad he visto que los desechos de vidrio que produce la casa son muy pocos. No sé si es que el envase de vidrio perdió su popularidad o es que nuestras costumbres de compra son poco convencionales.

Desde hace unos meses entré más en aquello de ahorrar energía eléctrica. Esto implica que tengo que minimizar todo, pues la pc permanece casi todo el día encendida, por requerimientos laborales. Todo esto quiere decir que tengo que perseguir a mi mamá y mi abuela todo el día, apagando las luces y los aparatos que dejan encendidos. Ya desde aquí se ve que las generaciones anteriores son un poco difíciles para eso de adquirir nuevas costumbres en su vida.

Mi mamá tiene una obsesión loca con las hojas. Cualquier tontería que escribe la tiene que escribir en una hoja blanca, nuevecita, salida de la impresora y con cuñas de ACE en su curriculum. El otro día me dejo una nota "cómprale una lata de atún a pelu", en una hoja nuevecita, en el escritorio...

Yendo hacia afuera, en Venezuela la gente no sabe mucho de reciclaje, por no decir que simplemente no lo practican. Ya lo he dicho antes, vivimos en una ciudad llena de basura y, en vez de solucionar el problema, nos quejamos y nos quejamos como una magdalena en la crucifixión, como si no dependiera de nosotros.

Hoy Jeanfreddy decía prácticamente que la culpa del apagón viene de lado y lado. Para no pecar de excesiva paráfrasis, les dejo el post para que lo consulten.

Yo cada vez que escucho eso recuerdo a los habitantes de las barriadas de Caracas cuando se quejan de las inundaciones de quebradas aledañas y culpan a las alcaldías por no hacerles mantenimiento. Luego, cuando la presión es tanta que la alcaldía finalmente hace algo, encuentran colchones, neveras, lavadoras y kilos de basura tapando la quebrada y causando que se desborde.

Fino, la alcaldía es una HDP que no hace mantenimiento. En eso estamos de acuerdo. Pero, ¿la alcaldía lanzó los colchones, neveras, lavadoras y basura a la quebrada? No lo creo. ¿Acaso el que lanzó la nevera a la quebrada no pensó que mañana esa nevera la iba a tapar y a desbordar y que como consecuencia se le iba a caer el rancho? ¿Alguien más que esa persona tiene la culpa de no pensar en las consecuencias de sus actos y mucho menos asumirlas?

Algo así sucede con la crisis mundial de energía, ambiente y alimentación, pero en cámara lenta. Venimos siendo como aquel habitante del barrio que lanzó la nevera a la quebrada. Sólo que el desbordamiento nos va a tardar mucho más tiempo, y ese tiempo lo invertiremos en decir que el calentamiento global no existe.


reciclaje reciclar ecología basura calentamiento