Curiosamente, Venezuela es un país que se caracteriza por tener mil cuentos, anécdotas y sucesos históricos por habitante. (Espacio para que multipliquen y hagan su "cuenta de cuentos")
A pesar de esto, cada día más sucede que casi todos los libros sean de lo mismo, casi todas las películas y programas de TV también sean de lo mismo y casi todos los comerciales redunden en la misma idea.
En estos días estaba viendo por ese maravilloso y adictivo site (aunque también recinto de cosas que jamás deberían salir a la luz) www.youtube.com, algunos de mis comerciales favoritos: el del castorcito de Noel, el de Aerolíneas Argentinas, el de Pepsi del camión, etc... Y no pude evitar caer en esa horrible posición de ¿por qué en Venezuela no se hacen cosas así?
Hace años estuve en una charla de menciones de la escuela de Comunicación Social de la UCAB (aquellos tiempos en que una apenas era mayor de edad) y tres de los mejores de la para entonces J. Walter Thompson (ahora JWT), nos mostraban algunas cuñas inspiradoras y nos hablaban del mundo de la publicidad.
Uno de ellos (cuyo nombre recuerdo perfectamente, por cierto) nos habló de un comercial de un conocido cereal dietético que no voy a nombrar por si las moscas. Nos mostró la versión que ellos propusieron de un comercial que en ese entonces estaba al aire. Tenía sólo una sutil diferencia que lo hacía radicalmente distinto. Su propuesta era audaz... pero el cliente no se atrevió, o simplemente no le gustó.
En ese momento me vino a la cabeza la pregunta... ¿será que en Venezuela no se hacen "ese tipo de cosas" o simplemente jamás se divulgan?
Ejemplo 2: películas y cortos. Mientras las películas venezolanas son en un 80% de denuncia social, el 80% de los cortos son anecdóticos. Como las películas tienen más proyección (y más posibilidades de ver la luz) que los cortos, se cree que el cineasta venezolano sólo piensa en drogas y malandros.
Ejemplo 3: los libros. En Venezuela hay muchos cuentistas venezolanos talentosos (me dio por enfocarme en cuentos y no en novelas, crónicas u otro tipo de discurso) Lo descubrí con Omar Mesones, el autor del cuento en el que se basó mi último corto. Lamentablemente, muchos no tienen proyección, y al no tenerla, no se la buscan. Y ya.
Mesones me contó en una reunión que él pidió que las regalías de su libro se las pagaran en libros. Tomó esas copias y fue personalmente a los medios, regaló libros y consiguió entrevistas para promocionarse. Así logró que se vendiera todo el tiraje aunque él no fuera un García Márquez en cuanto a popularidad.
Si una persona tiene una propuesta distinta que hacer al mundo, debe procurar que ésta vea la luz del sol por cualquier medio. Venezuela no está carente de cultura, sólo que ésta parece guardarse aún más abajo de las vías del Metro, y la idea es que esté en la calle, a la vista de todos.
Estamos llenos de ideas, anécdotas, propuestas... Estamos carentes de ojo y disposición para notar que hay cosas diferentes y abrirnos a ellas. Estamos carentes de vitrinas donde mostrar esas mil cosas que tenemos que ofrecer.
Yo soy partidaria de seguir el ejemplo de Mesones y buscarle luz a lo que tengo que dar. Por eso, básicamente, existe este blog y todos mis proyectos.
Muy a lo Star Wars, busquen la luz y que la fuerza los acompañe...
3 comentarios:
Pues muy de acuerdo con tu escrito eso es lo que pasa en el pais la idea de cambiar algo es un poco alocado y a veces no arriesgan y quizas si proyectaban la idea fuera un exito pero se esta acostumbrado a repetir siempre lo mismo pero con distinto tipo de letra o color.
Muchas veces estas nuevas ideas no salen a la luz por que romperian los paradigmas sociales y a ninguna compañía le gusta hacer eso por el riesgo economico que esto representa en tal sentido es importante que el generador de esta idea luche por todos los medio para que se de a conocer en las masas,
Hola!! Quién eres? Como te conocí? Cómo y cuando te di información sobre mis regalias literarias? Gracias por tu comentario... Omar Mesones
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